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tristan

Mañana

Mañana será otro día. Las mismas campanadas del mismo campanario me empujarán para que me levante. Es preciso que salga fuera, que me espante los fantasmas, que cumpla no sé qué tipo de norma. Todo está calculado. Todo vuelve a empezar, una y otra vez. Y aún me alivia el aire fresco cuando abro la puerta y saludo al primer conocido que se cruza conmigo, por que es otro día, porque al día se le suponen grandes cosas, pero siempre es lo mismo. El asombro de un rincón soleado, las palomas, el cierzo severo de la Glorieta, el café cortado, el periódico, el trabajo, la quintaesencia de la última pincelada que torna siempre a ser la primera. El vagabundaje, los momentos, las horas.

Mañana será otro día y yo estaré allí para verlo. Y me alegraré. Y daré gracias a Dios.

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