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tristan

Sense títol

Pasan los días vestidos de polvo en este estercolero de horas . Guardapolvo de minutos, triste aspaviento de oro en suspensión.  Exactamente hay castillos de humo al otro lado de las ventanas, húmedas venas del atardecer. Yo no quiero volverme cuerdo en esta patraña, prefiero el deambular de los locos por los circos del aire. Esta mañana de sol e infancia, cascabeles de humo, ciencia cierta de todas las humoradas, y un payaso inteligente que nos sacaba las risas con tenazas. El sol inclemente puntualizaba el sitio exacto donde ponerse para padecer lo justo. Y la humorada barroca del actor-dios que nos podía subido en la nube- escenario, en la hoja de parra de su oficio que bordaba con volutas de humo y honestidad. Era honesto porque a mi hijo le arrancó la carcajada que es la palanca de la felicidad y digo actor-dios porque la risa franca, abierta de un niño es el renacimiento del color en el gris pantano en el que , en ocasiones, no forzamos a vivir. Gracias de corazón a todos los que nos sacan las castañas del fuego de la tristeza y sacan nuestros días de todos los estercoleros.

2 comentarios

psique -

Puedo ahondar más en el comentario de Segis, que me resulta sumamente atinado. Puedo remarcar que son muchos los posibles joyeros donde atesorar sonrisas que nos saquen del marengo y nos acerquen al sepia. Y muchos los dioses que, en su empeño, nos devuelven la esperanza que la vida nos atrofia. La amistad, el mejor de ellos, sin duda. Y la capacidad de entregar belleza, otro.

Un joyero en tu pluma y en tu pincel, donde se atesora tanta belleza.

Un beso, querido amigo.

Segis -

Lo cierto es que, además de ese actor-dios que tan exquisitamente describes y desarrollas, existen otras deidades que, a mucho que intenten recurso de parra, no merman la ingente trascendencia de su paso. Sea una espiritualidad tan lírica como que la que se te cae -Digamos, sin querer-, o la afabilidad de una imagen bien presentada.

Resumiendo: ¡Un gustazo leerte!

Recibe un abrazo,

Segis